Los avances en la secuenciación del gen han facilitado a los científicos hacer el seguimiento de la pandemia de Covid-19 con mayor rapidez que la de cualquier brote previo
Cuando en enero se identificó en China el nuevo coronavirus (formalmente conocido como SARS-CoV-2), los científicos de todo el mundo respondieron con rapidez. A los pocos días se publicó en Internet toda la composición genética, o genoma, del virus. A modo de comparación, durante el brote de coronavirus de 2003, el SARS, se tardó casi tres meses, después de que la enfermedad se atribuyera en un principio a clamidias.
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