El crecimiento exponencial de la propagación del COVID-19 en España ha empezado a llevar más allá del límite de sus capacidades a los servicios públicos de salud de Madrid y Barcelona, con el resto del Estado temiendo sufrir la misma situación en cuestión de semanas, o incluso de días. El panorama resulta dramático en buena parte de esa primera línea de fuego cubierta por los profesionales sanitarios, que cuentan a cuantos los escuchan la cruda realidad de tener que estar peleando con una pandemia extremadamente contagiosa sin apenas material de protección.
Alfredo Redondo Diéguez es uno de esos muchos españoles que en estos días combinan sus conocimientos y habilidades para encontrar parches a un sistema institucional incapaz de conseguir y distribuir los ya famosos EPI,trajes de protección integral, a fin de evitar los contagios entre los profesionales que deben luchar por la vida de los infectados.
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