Una investigación con 3.000 pacientes demuestra que los anticoagulantes previenen infartos, ictus y embolias pulmonares, complicaciones letales asociadas al Covid-19
El nuevo coronavirus utiliza las mucosas –ojos, boca y nariz- como puerta de entrada. Pero, una vez que invade el organismo humano e infecta sus células, se convierte en una enfermedad que es mucho más que una infección respiratoria. Causa daños renales, neurológicos y sobre todo complicaciones cardiovasculares -infartos, ictus, embolias pulmonares…- que pueden ser fatales para el enfermo. En el hospital Mount Sinai de Nueva York, la zona cero de la pandemia en Estados Unidos, empezaron a tratar con medicamentos anticoagulantes a los positivos con Covid-19 que estaban hospitalizados. «Lo hicimos de una forma intuitiva», cuenta a ABC, Valentín Fuster, director del Instituto del Corazón del hospital neoyorquino y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
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