Dos investigadores del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología de El Entrego estudian el desarrollo de aditivos que inactiven el virus y que se puedan utilizar sobre aquellas superficies con las que estamos en mayor contacto, como pueden ser pomos de puertas, mostradores, reposabrazos, paredes de hospitales o baños
Una de las preocupaciones de las autoridades sanitarias, de investigadores y de ciudadanía, en general, desde que comenzara la crisis sanitaria ha sido que pudiéramos contagiarnos de Covid-19 tras tocar algún material o producto en el que el virus permaneciera. Así, durante muchas semanas tocábamos el botón del ascensor con la máxima prudencia y al llegar a casa desinfectábamos todos los productos que habíamos comprado en el supermercado por si el virus estaba en ellos. Hoy en día ya existen varios estudios científicos en los que se pone de manifiesto que el virus SARS-CoV-2 que ocasiona la enfermedad Covid-19 puede permanecer activo sobre distintos tipos de superficie.
Pues bien, Adolfo Fernández y Belén Cabal, dos investigadores del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), situado en El Entrego, están llevando a cabo el estudio titulado Erradicación de la transmisión por contacto indirecto del SARS-CoV-2 mediante el desarrollo de superficies antimicrobianas con aditivos antimicrobianos inorgánicos. En concreto, lo que persiguen con este proyecto es «desarrollar superficies que inactiven el virus o reduzcan de forma significativa su tiempo de vida». De esta forma, consideran que «se evitaría el contagio y la proliferación de la enfermedad», además de ser «una posible medida adicional de contención y de prevención frente a la posibilidad de rebrotes futuros del virus».
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