Florencia recupera sus “ventanas del vino”, usadas hace más de 400 años durante la peste negra | 20 Minutos

Durante las primeras semanas tras el confinamiento, algunos bares y restaurantes habilitaron pequeñas ventanas en las que poder recoger la comida minimizando el contacto. Una buena idea que, por supuesto, ya estaba inventada.

Y hace muchos siglos además, porque ya en el siglo XVII  se popularizaron en Florencia las llamadas buchette del vino (ventanas del vino) que, como su propio nombre indica, servían precisamente para eso: despachar vino a los clientes sin tener que estar cerca de ellos.

Un invento que se extendió por toda la Toscana en aquellos años de peste negra y peste bubónica, especialmente intensa en Italia en 1630. Posiblemente no lo llamarían así, pero lo que ahora conocemos como distancia social se volvió un requisito imprescindible para mantenerse a salvo.

Así que algunos se las ingeniaron para poder seguir comprando y bebiendo vino sin riesgo de contagio a través de estas pequeñas aperturas. Tenían el tamaño justo para una botella o garrafa de vino y contaban con una puerta de madera para poder dejarlas cerradas.

Durante siglos quedaron olvidadas hasta que, durante el confinamiento por el coronavirus, alguien se acordó de ellas y pensó que sería una buena idea recuperar su uso original.

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