Hoy soy yo, Jorge Otero, autor de esta web, quien publica un artículo de opinión en el diario La Nueva España. Como la edición online es solamente para suscriptores, publico el texto íntegro aquí.
Vuelta al cole: aún estamos a tiempo de hacerlo bien
En Asturias tenemos una oportunidad única para que la “vuelta al cole” se pueda realizar en mejores condiciones de seguridad, respetando el derecho a la educación y sin comprometer la situación sanitaria.
La solución que propongo es sencilla: comenzar el curso de manera telemática y retrasar hasta octubre la educación presencial. Son solo dos semanas largas: exactamente lo mismo que las vacaciones de Navidad.
Estas dos semanas extra sin alumnos en las aulas podrían suponer la diferencia entre rebajar los contagios hasta los niveles anteriores al verano o crear una transmisión comunitaria descontrolada y vernos obligados a cerrar los colegios igualmente, con niños, padres y abuelos contagiados.
Todos somos conscientes de que el verano ha cambiado drásticamente las cifras. ¡Qué lejos han quedado aquellos veinticinco días sin contagios en Asturias!
Vamos a suponer que el 1 de septiembre comienza un nuevo período. Ahora mismo la comunidad científica y la OMS están de acuerdo en que la gran mayoría de los infectados muestran síntomas a los 5-6 días. Y si dejamos pasar 11,5 días, el 97,5% de personas con COVID-19 presentan síntomas.
Si esperamos hasta octubre para mandar a los alumnos a clase, durante este mes de septiembre completaríamos unos cinco períodos de incubación del virus y dos cuarentenas completas. Esto nos daría margen suficiente para detectar y rastrear casos antes de mandar a los alumnos a clase.
Mientras tanto, otras comunidades autónomas y países estarán haciendo su vuelta al colegio, con sus propios criterios. Tanto si optan por la educación presencial como si deciden tomar otras medidas, podemos aprender de sus aciertos y errores.
Retrasar a octubre la educación presencial exige un esfuerzo a todos. A los alumnos, que después de terminar un curso con educación telemática, tendrían que empezar el nuevo con el mismo sistema. A los padres, por las dificultades de la conciliación de la vida laboral y familiar. Y a los profesionales de la educación, que tendrían que sortear de nuevo los desafíos y dificultades de la educación telemática mientras se preparan para el inicio de curso más extraño, inusual e inquietante al que nos hemos enfrentado nunca.
Las plantillas educativas se incorporan al trabajo el 1 de septiembre. Esto les daría un mes de plazo para tomar todas las medidas que son necesarias para la vuelta a las aulas en condiciones de seguridad y solventar las numerosas dudas que se plantean. No solo estamos hablando de horarios, turnos y ratio de alumnos: podrían ser necesarias hasta obras en los centros educativos. También hay que detectar necesidades de plantilla, ya que el curso nunca comienza con el 100% de destinos adjudicados a los docentes.
Asturias puede volver a los números de junio y ser de nuevo ejemplo para el resto de España si somos capaces de “desescalar” la situación veraniega antes de comenzar las clases. Está en nuestras manos, pero hay que actuar AHORA. Espero que quien gobierna y quien decide sepa dar este paso con valentía.
-Jorge Otero, publicado en La Nueva España, 19-8-20
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