La llamada Sputnik V, basada en dos virus del resfriado, induce una respuesta inmune esperanzadora en una prueba con 76 personas
La vacuna experimental rusa Sputnik V, utilizada con fines propagandísticos por el presidente Vladímir Putin, “es segura e induce una respuesta inmune”, según los primeros resultados publicados en una revista médica. Los ensayos, realizados con 76 adultos menores de 60 años y en su mayoría hombres jóvenes, no son suficientes para afirmar que la vacuna será capaz de proteger frente a la covid.
La vacuna consiste en adenovirus del resfriado humano, modificados genéticamente para incluir las instrucciones para que las células de la persona vacunada fabriquen solo una parte del coronavirus: sus proteínas de la espícula, esas protuberancias que le dan su característica forma de maza medieval. El cuerpo humano entrena sus defensas con esas proteínas ajenas y en principio inofensivas. Es una estrategia similar a la empleada en la vacuna experimental de la empresa china Cansino Biologics y también en la de la compañía estadounidense Johnson & Johnson, que se va a probar con 190 voluntarios en España.
La novedad del enfoque ruso es que los científicos primero inoculan un tipo de adenovirus y 21 días después inyectan una dosis de refuerzo basada en otro adenovirus diferente, para estimular más la respuesta inmune evitando que las defensas reconozcan al invasor la segunda vez e impidan la acción de la vacuna. El prototipo de la Universidad de Oxford —el más avanzado de los 34 que ya están en ensayos en humanos en el mundo— también emplea un adenovirus del resfriado, pero de los chimpancés.
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