Esta semana se ha presentado la Guía para la ventilación en las aulas, elaborada por el instituto IDAEA del CSIC, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la asociación Mesura, que ha tomado mediciones reales en centros educativos de la Generalitat Valenciana.
Sus consejos para reducir las partículas o aerosoles que viajan por el aire, susceptibles de llevar el coronavirus, se pueden aplicar también a otros espacios interiores como edificios públicos, así como en aquellas oficinas que sigan fomentando la presencialidad de los trabajadores a pesar de las recomendaciones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de promover al máximo el teletrabajo para evitar la transmisión del virus en todos los niveles de alerta.
¿Cómo se reduce la transmisión del virus en espacios cerrados?
- Para minimizar la emisión del SARS-CoV-2, se debe disminuir el número de personas en la habitación, permanecer en silencio o bajar la voz (al hablar fuerte o gritar la expulsión de partículas es 30 veces superior), desarrollar una actividad física relajada (si se aumenta, también lo hacen las exhalaciones) y ajustarse bien la mascarilla.
- Para minimizar la exposición al SARS-CoV-2, además de aplicar medidas de higiene como lavarse las manos o el uso de hidrogeles, se debe usar la mascarilla bien ajustada, estar el mínimo tiempo posible expuesto y aumentar la distancia interpersonal, así como ventilar y purificar el aire para eliminar el mayor número de virus posible. En este último punto es en el que se centra la nueva guía.
¿Es lo mismo ventilar que purificar el aire?
No.
- La ventilación consiste en sustituir el aire interior del aula potencialmente contaminado con virus por otro limpio del exterior. En este contexto un ventilador no hace esa función, ya que solo mezcla o remueve el aire dentro de la sala.
- La purificación consiste en eliminar las partículas en suspensión que hay en el aire, susceptibles de transportar el patógeno. Esto se realiza mediante los filtros que incorporan diversos dispositivos, como los limpiadores de aire portátiles, aunque también los llevan los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Expertos en aerosoles como el investigador José Luis Jiménez de la Universidad de Colorado (EE UU) ofrecen detalles concretos en una web.
¿Cuál es el mejor modo de ventilación?
Sobre todo, abrir las ventanas, y también se recomienda hacer lo mismo con las puertas que dan a los pasillos (indicando a los alumnos que reduzcan el ruido al pasar por ellos) para que haya ventilación cruzada. Existen diversos estudios que lo demuestran, el último, publicado esta misma semana en la revista Physics of Fluids. En él, investigadores de la Universidad de Nuevo México, utilizando modelos computacionales de fluidos, han comprobado que la apertura de ventanas en el aula aumenta las partículas que salen del sistema en casi un 40 %, al tiempo que reduce la transmisión de aerosoles entre las personas que se encuentran dentro.
Este equipo también ha observado que el aire acondicionado elimina hasta el 50 % de las partículas liberadas durante la exhalación y el habla, pero que el resto se deposita en las superficies dentro de la habitación y puede volver a entrar en el aire. Si hubiera estudiantes con mayor riesgo de complicaciones por covid-19 deberían sentarse donde lleguen menos partículas, lo que dependerá de la distribución del aire dentro de la sala.
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Lee la noticia completa: Guía para expulsar al coronavirus de las aulas